Acabo de llegar de un concierto dedicado enteramente al disco “Kenya” grabado en 1957por Machito y sus Afro-Cubans con músicos como Cannoball Adderley o Cándido Camero. El concierto (¡gratis!) fue uno de esos momentos que existen para convencernos de que estar vivo después de todo no es tan mala idea. Se trataba de la interpretación pieza a pieza de un disco legendario del jazz afrocubano por una big band compuesta por estudiantes de la Manhattan School of Music dirigida por Bobby Sanabria, músico puertorriqueño que combina reverencia por la música con un carisma torrencial. Medio siglo después de participar en aquella grabación estaba Cándido Camero el último de los tumbadores legendarios de mediados del siglo pasado (de la misma estirpe que Chano Pozo, Mongo Santameria, Patato Valdes y Tata Guines) operando el milagro de la resurrección de su cuerpo maltrecho a sus 86 larguísimos años no bien entraba en contacto con el cuero de los tambores. “Orgullo” era la palabra que me venía a la mente durante todo el concierto porque mucho orgullo y confianza en sí mismos se necesitaba para hacer una música tan poderosa y segura de sí misma en tiempos de talentos descomunales y desprecios aplastantes. Sanabria al comenzar el concierto recordaba esta frase de Art Blakey: “Cualquier sitio donde se toque jazz es un sitio sagrado”. Anoche la sala de conciertos de la Manhattan School of Music demostró que Blakey no exageraba. Sólo habría que añadir que a lo sagrado no le está negado el goce.
No he encontrado nada parecido a lo de anoche en youtube pero aquí al menos les dejo una de las piezas que se interpretaron “Tintindeo” de Chano Pozo tocada por Dizzy Gillespie y David Sandborn (aunque también pueden ver esta versión tocada por estudiantes japoneses). Abajo un concierto de Machito en los 80 con Machito, Tito Puente, Ray Barretto, Dizzy Gillespie, Graciela y Candido Camero. Y si quieren más pueden ver en una línea más bailable este par de mambos con Machito y Graciela que no tienen desperdicio. Dale jamón y este otro.
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